Friday, September 20, 2013

Letter to the president expressing solidarity with San José Nacahuil

On September 7, six unknown men shot and killed eleven in San José Nacahuil, in the municipality of San Pedro Ayampuc. Today, NISGUA submitted a letter, signed by over a dozen international organizations, to President Otto Pérez Molina to express our solidarity with the community of San José Nacahuil and to call for a thorough and impartial investigation of this crime. Read the full letter below.

September 20, 2013

Dear President Otto Pérez Molina,

The undersigned organizations express our condolences to the community of San José Nacahuil and to the families of those who lost loved ones this past Saturday, September 7th. In solidarity with them, we call on the Guatemalan government to carry out a thorough and impartial investigation into the deadly attack, especially into allegations of police involvement.

On September 7 at 11 pm, 24 people were shot by unknown men in the town of San José Nacahuil in the municipality of San Pedro Ayampuc, just north of Guatemala City. Eleven of the victims died at the scene.

Minister of the Interior Lopez Bonilla immediately blamed the attack on gangs and placed the community under the control of a special contingent of police and soldiers. However, relatives of those killed suspect that the police may have facilitated the crime, or even carried it out. According to various reports, police arrived 20-30 minutes before the shooting, stopping at a few businesses demanding bribes. Community members also claim that the killers followed the same route through town on their killing spree that the police had taken minutes earlier. The Vice Minister of the Interior, however, immediately dismissed the possibility of police involvement.

Community authorities of San José Nacahuil, as well as other indigenous and grassroots organizations, criticized Bonilla for attributing the crime to gangs without first investigating. Further, they demanded that the police and military be removed from the community. Family members of the victims have also asked for an investigation into the police and their role in the shooting. 

San José Nacahuil is the only indigenous community in San Pedro Ayampuc. The population is made up of Maya Kaqchikel people, and the town has its own authorities, including a community police force. Residents expelled the national police six years ago, and local officials report a reduction in crime since that time.

Like many indigenous communities in Guatemala, the people of Nacahuil have suffered attempts to impose development projects without their free, prior and informed consent. In response, many residents of Nacahuil have participated in non-violent resistance, such as the ongoing peaceful road blockade at “La Puya” in the neighboring municipality of San José de Golfo. The blockade began in March of 2012 to prevent the construction of the El Tambor gold mine, which they fear will cause contamination and deplete scarce water resources. The mine is currently operated by Kappes, Cassidy & Associates (KCA) based in Reno, Nevada, which acquired the project from Vancouver-based Radius Gold in August 2012. 

In other struggles against mega-development projects in Guatemala, including Tahoe Resources’ Escobal silver mine in San Rafael las Flores and Hidralia Energia’s hydroelectric dam in Santa Cruz Barillas, violence was used as a pretext by the government to declare a state of siege, which suspends constitutional rights. In both instances, the government then ordered the arrest of resistance movement leaders.

Members of La Puya signaled concern in the days leading up to the attack regarding increased police presence, including agents not assigned to local stations. In the past, the police have been used to try to intimidate and disburse groups involved in peaceful protest. In December of last year, police wielding tear gas arrested four protesters. All were released the same day due to a lack of evidence of any illegal activity.

We express our condolences to the families of those who have lost their loved ones and to the community of San José Nacahuil. We call on the Guatemalan government to carry out a thorough and impartial investigation into Saturday’s deadly attack, especially into allegations of police involvement, with the assistance of the International Commission Against Impunity in Guatemala. 

Further, we demand that the rights of the residents of Nacahuil and the surrounding region be respected, including their rights to life, security, and freedom of expression. Nacahuil has maintained effective security in their own community, and we ask the government to respect their call to withdraw members of the police and military. Finally, we call on the government to respect the rights to protest and to free, prior and informed consent over mega-projects that may affect their lives and lands.

Breaking the Silence, Latin American and Caribbean Solidarity Network - LACSN, MiningWatch Canada, Atlantic Regional Solidarity Network, Horizons of Friendship, Global Exchange, SalvAide, Maryknoll Office for Global Concerns, Network in Solidarity with the People of Guatemala (NISGUA), Social Justice Committee of Montreal, Projet Accompagnement Québec-Guatemala (PAQG), Chicago Religious Leadership Network on Latin America, Guatemala Human Rights Commission, OPSEU Social Justice Fund, Oxfam

Carta al presidente expresando solidaridad con San José Nacahuil

El 7 de septiembre, seis hombres desconocidos dispararon y mataron a once miembros de la comunidad de San José Nacahuil, en la municipalidad de San Pedro Ayampuc. El día de hoy, NISGUA entregó una carta, firmada por organizaciones internacionales, al Presidente Otto Pérez Molina para expresar nuestra solidaridad con San José Nacahuil y para exigir una investigación exhaustiva e imparcial sobre los acontecimientos. Leer la carta entera aquí.

20 de septiembre de 2013

Estimado Presidente Otto Pérez Molina:

Las organizaciones abajo firmantes expresamos nuestras condolencias a la comunidad de San José Nacahuil y a las familias que perdieron a sus seres queridos el sábado 7 de septiembre. En solidaridad con ellos, llamamos al gobierno guatemalteco a realizar una investigación exhaustiva e imparcial sobre este hecho de violencia, especialmente sobre las acusaciones de participación de agentes de la Policía Nacional Civil (PNC).

El 7 de septiembre alrededor de las 23 horas, 24 personas fueron atacadas a balazos por hombres desconocidos en la aldea San José Nacahuil de San Pedro Ayampuc, al norte de la Ciudad de Guatemala, el saldo del ataque fue de once  personas muertas y trece heridas, entre ellas menores de edad.

El ministro de Gobernación Mauricio López Bonilla, de manera inmediata, culpó a las  maras del ataque y puso a la comunidad bajo el control de un contingente especial de policías y soldados. Sin embargo, familiares de las víctimas señalan a la policía de haber facilitado  y/o participado en el ataque. Según varios informes, la policía llegó 20 ó 30 minutos antes de la masacre exigiendo el pago de un soborno a un comerciante. Miembros de la comunidad también afirman que los asesinos siguieron la misma ruta a través de la aldea,   que la policía había tomado minutos antes. El ministro de Gobernación, no obstante, inmediatamente desestimó la posibilidad de involucramiento policial.
 
Autoridades comunitarias de San José Nacahuil, así como otras organizaciones indígenas y sociales criticaron a López Bonilla por atribuir el delito a las  maras sin primero investigar. Además, exigieron que la policía y el ejército fueran retirados de la comunidad. Familiares de las víctimas también han pedido una investigación sobre la policía y su rol en  la masacre.

San José Nacahuil es la única comunidad indígena en San Pedro Ayampuc. La población está conformada por  pueblo Maya Kaqchikel y la aldea tiene sus propias autoridades y sus propias formas de seguridad comunitaria. Residentes expulsaron a la Policía Nacional Civil hace seis años y  datos oficiales registran una reducción en delitos desde aquel tiempo.

Como muchas comunidades indígenas en Guatemala, el pueblo de Nacahuil ha sufrido intentos de imponer proyectos de desarrollo sin su consentimiento libre, previo e informado. En respuesta, muchos residentes de Nacahuil han participado en la resistencia no violenta, como el actual bloqueo pacífico en “La Puya” en el vecino municipio de San José de Golfo. El bloqueo se inició en marzo de 2012 para prevenir la construcción de la mina de oro El Tambor, que ellos temen cause contaminación y disminuya sus escasos recursos hídricos. En la actualidad, la mina es propiedad de  Kappes, Cassidy & Associates (KCA), cuya sede se encuentra en Reno, Nevada, la cual adquirió el proyecto a la  empresa canadiense Radius Gold en agosto de 2012.

En otras luchas en contra de mega proyectos  en Guatemala, entre ellas,  la mina de plata  Tahoe Resources en San Rafael las Flores y la hidroeléctrica Hidralia Energia en Santa Cruz Barillas, el gobierno ha aprovechado situaciones de conflicto y violencia para justificar la implementación de estados de sitito,  con lo cual suspende derechos constitucionales. En  ambos casos  el gobierno luego ordenó la detención de líderes comunitarios que participaron en la resistencia a los mega proyectos. 

Días antes del ataque en Nacahuil, miembros de La Puya señalaron preocupación por la presencia exagerada de policía, incluso agentes sin asignación a las estaciones locales. En el pasado, la policía ha sido usada para atentar,  intimidar y reprimir a grupos involucrados en protestas pacíficas. En diciembre del año pasado, policías empuñando gases lacrimógenos detuvieron a cuatro manifestantes de La Puya que luego fueron puestos en libertad  por  falta de pruebas.

Reiteramos nuestras condolencias a las familias  que han perdido a sus seres queridos y a la comunidad de San José Nacahuil. Llamamos al gobierno guatemalteco para realizar una investigación exhaustiva e imparcial sobre  la masacre. Debido a los señalamientos de los comunitarios de la participación de elementos de la PNC, pedimos la participación de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) en la investigación. 

Además, exigimos que los derechos de los residentes de Nacahuil y de la región circundante sean respetados, incluidos  sus derechos a la vida, la seguridad y la libertad de expresión. Nacahuil ha mantenido una seguridad interna efectiva en su  comunidad. Pedimos al gobierno que respete la voluntad de las autoridades locales y la comunidad y no imponer un esquema de seguridad ajeno, por ejemplo, una subestación de la PNC o un destacamento militar sin su consentimiento. Finalmente, llamamos al gobierno a respetar el derecho de la libre determinación de la comunidad a decidir sobre los mega proyectos que afecten sus vidas y su territorio.


Breaking the Silence, Latin American and Caribbean Solidarity Network - LACSN, MiningWatch Canada, Atlantic Regional Solidarity Network, Horizons of Friendship, Global Exchange, SalvAide, Maryknoll Office for Global Concerns, Network in Solidarity with the People of Guatemala (NISGUA), Social Justice Committee of Montreal, Projet Accompagnement Québec-Guatemala (PAQG), Chicago Religious Leadership Network on Latin America, Guatemala Human Rights Commission, OPSEU Social Justice Fund, Oxfam

Thursday, September 19, 2013

Victim of Río Negro massacre exhumed from Cobán mass grave and buried in Rabinal

Boys carry Martina Rojas' photo through the streets of Rabinal. Photo: CPR Urbana




On September 7, Martina Rojas was buried in Rabinal, Baja Verapaz, 31 years after she was forcefully detained and disappeared from her home community of Río Negro, situated on the banks of the Chixoy River. On May 14, 1982, the Guatemalan military disappeared Rojas and dozens of other Maya Achí victims, as part of a series of massacres aimed at displacing the people of Río Negro in order to make way for the Chixoy dam. It was reported that Rojas was taken away by helicopter to an unknown location, until only recently confirmed to be a military base in Cobán, Alta Verapaz.

Rojas is honored on the eve of her burial. Photo: CPR Urbana

Earlier this year, Rojas' remains were uncovered in the mass grave located in the "Regional Training Command Center for Peacekeeping Operations", or CREOMPAZ, what used to be a functioning military base in Cobán, Alta Verapaz. The Guatemalan Forensic Anthropology Foundation (FAFG) and the Association of Families of the Detained and Disappeared (FAMDEGUA) began exhumations of the mass grave in February 2012. Despite the fact that anthropologists have uncovered the remains of at least 500 people, many with signs of torture, military officials continue to claim that, "The graves that have been discovered in Cobán are part of a cemetery".

So far, FAFG has positively identified seven individuals based on DNA collected and cataloged in their genetic database. Martina Rojas was identified before being buried on September 7 in Rabinal, near the community of Pacux, where her family members and other Río Negro survivors currently live.

The Chixoy river, once only a few inches deep and surrounded by the community of
Río Negro, is now flooded due to the hydro-electric dam. Photo: Elizabeth Bain

Guatemala's National Institute of Electrification (INDE) began speculation for the Chixoy dam project in 1976. Between February and September 1982, during the height of Guatemala's internal armed conflict, at least 444 men, women and children were killed in Río Negro. Financed by the Inter-American Development Bank and the World Bank, construction of the Chixoy dam began in January 1983.

In 2008, a Guatemalan court sentenced five ex-members of the civil patrol to 780 years in prison for the largest massacre in Río Negro, which killed 177 women and children on March 13, 1982. In June 2012, the Inter-American Court of Human Rights heard the Río Negro case and by September emitted a sentence in favor of the survivors. The court strongly recommended that the Guatemalan state search for those who were disappeared, investigate and charge the material authors of the massacres, and assume responsibility for the atrocities committed.

NISGUA provides ongoing human rights accompaniment to the Río Negro survivors and accompanied the 2008 legal process in the national court as well as the 2013 burial of Martina Rojas.

Friday, September 13, 2013

Communities in Totonicapán and Quetzaltenango hold community referenda on mining

"The Council of Ancestral Authorities of the 31 communities of Momostenango welcomes you to the good faith community consultation" (All Photos: NISGUA)
On Sunday September 1, the municipality of Momostenango held the third community consultation in the department of Totonicapán. In all three referenda in Totonicapán, as well as two additional referenda in the department of Quetzaltenango, community members overwhelmingly rejected mining projects in their territories.

In Momostenango, 51,667 people, 99.88%, voted No to mining
While there are no mining projects currently operating in Totonicapán, there are 17 concessions for mineral exploration held by Entre Mares and Montana Exploradora, Guatemalan subsidiaries of Canada's Goldcorp Inc. Goldcorp currently owns and operates the Marlin Mine, an open pit gold mine, which has been the source of human rights abuses and tension over lack of respect for indigenous rights, as well as negative impacts on clean water supplies and public health. Goldcorp also holds 40% of shares in Tahoe Resources' controversial Escobal silver mine in San Rafael Las Flores, Santa Rosa.
Two boys show off their inked thumbs - a sign of their participation in the referenda
Since 2005, nearly a million people in more than 78 municipalities across Guatemala have held community referenda on large-scale development projects.

Despite a clear mandate, neither the government nor the companies have respected community decisions. In response to this systematic and historic exclusion of indigenous people from decision-making processes, the Western Peoples' Council (CPO) recently filed a petition with the Inter-American Commission on Human Rights (IACHR) for failure to consult with indigenous peoples on projects and policy decisions that impact their territories. 

During a September 3 press conference, Lolita Chávez, member of the CPO in representation of the K'iche' Peoples' Council, explained indigenous peoples' opposition to the large-scale development model imposed by the government: “The government says that we are an obstacle to development, but we believe that your laws and your state are an impediment to the path of our people.”


Read NISGUA's press release: Guatemalan Indigenous Organizations File Complaint over Mining Law with Inter-American Commission on Human Rights

Wednesday, September 4, 2013

Organizaciones indígenas guatemaltecas denuncian al estado por la ley minera ante la CIDH

Fuente: Consejo del Pueblo Maya de Occidente (CPO) – Red en Solidaridad con el Pueblo de Guatemala (NISGUA) – Alerta Minera Canadá – Centro para el Derecho Ambiental Internacional (CIEL)



(Ciudad de Guatemala/Ottawa/Washington) Martes, el Consejo del Pueblo Maya de Occidente (CPO) de Guatemala presentó una demanda ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), alegando que se aprobó la ley minera sin consulta previa tal como se requiere bajo la ley nacional e internacional. El CPO recurre a la CIDH debido a que ha agotado todos los canales disponibles a nivel nacional para poner alto a las violaciones resultando a raíz de la actual ley minera.

El CPO cuestionó la constitucionalidad de la ley minera de 1997 por primera vez en una demanda interpuesta ante la Corte de Constitucionalidad de Guatemala en julio de 2012. Sin embargo, en marzo de 2013, la Corte de Constitucionalidad falló a favor de la vigencia de la ley minera, contraviniendo las obligaciones legales que tiene Guatemala de consultar la población indígena antes de aprobar políticas que podrían afectar sus territorios de forma significativa.

“Creemos que la decisión de la Corte de Constitucionalidad es ilegal y contradictoria, dado que la misma corte decretó en 2011 que la consulta es un derecho constitucional de los pueblos indígenas de Guatemala. La ley de minería no fue consultado con los pueblos indígenas a pesar que es una medida legislativa susceptible de afectar nuestra forma de vida y que el estado de Guatemala se comprometió de cumplir al ratificar instrumentos internacional de derechos colectivos de pueblos indígenas como el convenio 169”, dijo Lucia Xiloj, abogada y miembro del equipo legal del CPO.


Con más de 360 licencias otorgadas y más de 600 pendientes, el sector minero en Guatemala ha dado lugar al aumento del conflicto y la violencia en diversas partes del país. Al raíz de estos conflictos está la falta de respeto para el consentimiento libre, previo e informado de las comunidades afectadas por los proyectos y las políticas mineras.

Desde 2005, casi un millón de personas han votado en contra de la minería en sus territorios en 78 consultas comunitarias realizadas en el país. Además, una encuesta libre publicada en enero de 2013 demostró que 66% de guatemaltecos rechazan la actividad minera. Sin embargo, ni el gobierno ni las empresas mineras han respetado las decisiones comunitarias; al contrario, se ha intensificado la represión contra quienes se oponen a la minería.

“El conflicto, que tiene a su raíz la violación del derecho a la consulta, ha resultado en ataques violentos y muertos, y la criminalización y persecución de líderes comunitarios”,  dijo Lolita Chávez, miembro del CPO y firmante de la denuncia ante la CIDH.



Bajo el Acuerdo Sobre Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas en los Acuerdos de Paz de Guatemala, la Convención Americana sobre Derechos Humanos, el Convenio No. 169 de la Organización Internacional del Trabajo, y la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, Guatemala está obligada a respetar el derecho de los pueblos indígenas al consentimiento libre, previo e informado sobre cualquier proyecto que podría impactarles de una forma adversa, y de consultarlos antes de aprobar leyes o iniciativas administrativas que afectarían sus derechos. 

“Una respuesta favorable de la Comisión Interamericana a este caso es de gran importancia, dado que la actual ley minera ha permitido que empresas mineras, de los Estados Unidos y Canadá en particular, explotan los territorios indígenas con una falta de consideración total para la toma de decisiones de los pueblos indígenas sobre sus territorios y recursos naturales”, dijo Kris Genovese, abogada del Centro para el Derecho Ambiental Internacional en Washington D.C.

El Consejo del Pueblo Maya del Occidente es una coalición de autoridades indígenas e instituciones de siete departamentos de Guatemala. La denuncia puesto ante la CIDH tiene 32 firmantes en representación de 8 pueblos indígenas que conforman el Consejo del Pueblo Maya del Occidente. Cada firmante fue elegido durante asambleas comunitarias llevado a cabo antes de sentar la denuncia.

Contactos
Ellen Moore, NISGUA, ellen(at)nisgua.org, (510) 868-0612
Jen Moore, MiningWatch Canada, jen(at)miningwatch.ca, (613) 569-3439
Amanda Kistler, Centro para el Derecho Ambiental Internacional, akistler(at)ciel.org, (202) 742-5832

Antecedentes

En mayo, se mandó el ejército a las comunidades indígenas y no-indígenas por el proyecto Escobal de Tahoe Resources, un proyecto minero de plata al sur de la Ciudad de Guatemala, después de un aumento en la violencia en la zona, lo que incluyó el disparar por parte del equipo de seguridad de la mina en contra de un grupo manifestando de forma pacífica en frente del proyecto. El gerente de seguridad de la empresa y su asesor están actualmente enjuiciados y esperando una audiencia sobre su presunto involucramiento en ordenar y después encubrir evidencia sobre el ataque.

Tahoe Resources es un empresa estrechamente relacionado a la Goldcorp, la cual vendió el proyecto Escobal a Tahoe en 2010 y que actualmente posee 40% de sus acciones y con múltiples puestos en su junta directiva. La mina Marlin de Goldcorp en el noroeste de Guatemala ha sido una fuente de tensiones continuas por falta de respeto a los derechos y las tierras indígenas, y por impactos sobre las fuentes de agua y la salud pública.

Durante casi un año y medio, los pobladores en La Puya, inmediatamente al norte de la Ciudad de Guatemala, han sostenido un bloqueo pacífico en la entrada del proyecto minero Tambor. Este proyecto se encuentra actualmente en manos de Kappes Cassidy & Associates, que adquirió el proyecto de Radius Gold, con sede en Vancouver, en agosto de 2012, después del atento contra de Yolanda Oquelí. Quienes se oponen al proyecto han sufrido amenazas repetidas por parte de los empleados de la empresa durante los últimos diez meses, a pesar de haber entrado en un diálogo de alto nivel con el gobierno en junio.

En agosto, Derechos en Acción reportó que un grupo de mujeres en la municipalidad de El Estor están enfrentando intimidación y hostigamiento por su participación en llevar tres demandas en contra de Hudbay Minerals, con sede en Toronto. Las demandas refieren a la violación sexual de un grupo de once mujeres durante un desalojo forzoso en 2007, y el asesinato a tiros en 2009 de Adolfo Ich Chamán y paralisis de German Choc. Se está litigando el caso en una corte de la provincia de Ontario, Canadá y marcan la primera vez que las cortes canadienses admiten un caso en contra de una empresa matriz por presuntos abusos por parte de su empresa filial en la extranjera.

Comunicado del CPO: El Consejo de los Pueblos Mayas y Xinca, denuncian al estado de Guatemala ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos


Porque la Corte de Constitucionalidad, mediante sentencia emitida el 28 de febrero de 2013, resolvió sin lugar la acción de inconstitucionalidad planteada en contra de la Ley de Minería el 12 de marzo de 2012.



Dicha sentencia incurrió al Estado de Guatemala en responsabilidad internacional al dejar vigente la Ley de Minería; no obstante la obligación internacional del Estado de garantizar el ejercicio efectivo de nuestros derechos políticos de participación, consulta y consentimiento en materia legislativa.



Los derechos humanos colectivos e individuales que han sido violentados por el Estado de Guatemala incluyen:



a. Derechos políticos ―derechos de participación, consulta y consentimiento―, reconocidos en el artículo 23.1.a de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (la Convención).


b. Derecho de igualdad ante la ley, reconocido en el artículo 24 de la Convención.


c. Derecho a las garantías judiciales y protección judicial ―derecho de acceso a la justicia―, reconocido en los artículos 8.1 y 25.1 de la Convención. En relación con los artículos 1.1 y 2 de la Convención.



Con base en la descripción de hechos y la enunciación de los derechos violentados, ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos solicitamos:



a. Que proceda al análisis de nuestro caso y que requiera al Estado de Guatemala las observaciones pertinentes.


b. Que emita el respectivo informe de admisibilidad.


c. Que determine la responsabilidad del Estado de Guatemala como violador de los artículos 23.1.a, 24, 8.1 y 25.1, en relación con los artículos 1.1 y 2 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, a través de la emisión de un informe de fondo.

Tuesday, September 3, 2013

Guatemalan Indigenous Organizations File Complaint over Mining Law with Inter-American Commission on Human Rights

Sources: Western Peoples' Council (CPO) - Network in Solidarity with the People of Guatemala (NISGUA) - MiningWatch Canada – Center for International Environmental Law (CIEL)

(Guatemala City/Ottawa/Washington) Tuesday, Guatemala's Western Peoples' Council of Mayan organizations (CPO) filed a petition with the Inter-American Commission on Human Rights (IACHR) alleging that the country’s mining law was approved without their prior consultation as required under both national and international law. The IACHR is the last resort for the CPO, which has exhausted all domestic recourse to halt violations as a result of current mining legislation.



The CPO first challenged the constitutionality of the 1997 Mining Law in a July 2012 suit filed with Guatemala’s Constitutional Court. In March 2013, however, the Constitutional Court upheld the mining law, contradicting Guatemala's legal obligations to consult with indigenous peoples before the approval of policies that will significantly impact their territories.

“We believe that Constitutional Court’s decision is illegal and contradictory, given that the same court ruled in 2011 that consultation is a constitutional right of indigenous peoples in Guatemala. Indigenous peoples were not consulted on the Mining Law despite its implications for our way of life and the state’s commitment to respect the collective rights of indigenous people under international legal instruments such as the International Labour Organization’s Convention 169,” said Lucia Xiloj, attorney and member of the CPO legal team.



With over 360 mining licenses issued and more than 600 pending, Guatemala’s mining sector has been in the spotlight for increasing conflict and violence across the country. At the root of these conflicts is the lack of respect for free, prior and informed consent of affected communities at the project and policy level.



Nearly a million people have voted against mining on their territories in 78 community referenda held throughout Guatemala since 2005. A public opinion survey published in January 2013 further demonstrated that some 66% of Guatemalans are opposed to mining. Nonetheless, neither the government nor the mining companies have respected community decisions; instead repression against those opposed to mining has intensified.

“The conflict, which has at its root the violation of the right to consultation, has resulted in targeted attacks and death, as well as the criminalization and persecution of community leaders,” said Lolita Chavez, member of the CPO and a signatory on the IACHR complaint.



According to the Agreement on Identity and Rights of Indigenous Peoples in Guatemala’s Peace Accords, the American Convention on Human Rights, the International Labour Organization Convention No. 169 and the United Nations Declaration on the Rights of Indigenous Peoples, Guatemala is obliged to respect the right of indigenous peoples to free, prior and informed consent for any project that could adversely impact them, and to consult with them before passing laws or administrative initiatives that would affect their rights.
 


“A favorable response from the Inter-American Commission on this case is vitally important, given that the current mining law has allowed Canadian and U.S. mining companies in particular to exploit indigenous territories with complete disregard for indigenous peoples' decision-making processes regarding their lands and resources,” said Kris Genovese, Senior Attorney with the Center for International Environmental Law in Washington D.C.



The Western People’s Council is a coalition of indigenous authorities and institutions from seven departments of Guatemala. The complaint filed in the IACHR has 32 signatories representing 8 indigenous groups that make up the Western Peoples’ Council. Each signatory was elected during community assemblies carried out during the weeks leading up to the filing.
 


Contacts
  • Ellen Moore, NISGUA, ellen(at)nisgua.org, (510) 868-0612
  • Jen Moore, MiningWatch Canada, jen(at)miningwatch.ca, (613) 569-3439 
  • Amanda Kistler, Center for International Environmental Law, akistler(at)ciel.org, (202) 742-5832

Background 




In May, the military was sent into indigenous and non-indigenous communities in the area of Tahoe Resources’ Escobal silver project south of Guatemala City, following increased violence in the region, including a shooting against protesters demonstrating peacefully outside the mine site. The company’s head of security and his advisor are currently awaiting trial for their alleged involvement in ordering and then covering up evidence of the attack.



Tahoe Resources is a spin-off from Goldcorp, which sold the Escobal project to Tahoe in 2010 and which now holds 40% of Tahoe’s shares and multiple positions on its board of directors. Goldcorp’s Marlin mine in the northwestern highlands of Guatemala has been the source of continuing tensions over lack of respect for indigenous rights and land, and impacts on water supplies and public health.



For nearly a year and a half, community members in La Puya, just north of Guatemala City, have been peacefully blocking entry to the Tambor mine project currently in the hands of Kappes Cassidy & Associates, which took over the project from Vancouver-based Radius Gold in August 2012 following the shooting of Yolanda Oquelí. Community members opposing the project have faced repeated threats from company workers during the last ten months, despite entering into a high-level dialogue with the government in June.



In August, Rights Action reported that female plaintiffs are facing intimidation and harassment for having brought three lawsuits against Toronto-based Hudbay Minerals regarding the gang rape of a group of women during a forced eviction in 2007 and shootings in 2009 in the eastern municipality of El Estor. The lawsuits are taking place in an Ontario court and mark the first time that alleged human rights abuses regarding a foreign-owned subsidiary have been admitted against a parent company in Canada.


CPO Communiqué: The Council of Maya and Xinca Peoples Denounces the Guatemala State in the Inter-American Commission on Human Rights

On February 28, 2013, the Guatemalan Constitutional Court dismissed the Council’s challenge of unconstitutionality filed against the mining law on March 12, 2012. 

As a result of leaving the current Mining Law in force, the State of Guatemala violates its responsibilities under international law, under which it is obliged to guarantee the effective exercise of our rights to political participation, consultation and consent regarding such legislation.

The collective and individual human rights that have been violated by the State of Guatemala are:

a.    Political Rights – the rights to participation, consultation and consent as recognized in article 23.1 of the American Convention on Human Rights (The Convention).
b.    Right to equality under the law as recognized in article 24 of the Convention.
c.    Right to legal guarantees and judicial protection – right to access to justice – as per articles 8.1 and 25.1 of the Convention, in relation to articles 1.1 and 2 of the Convention.

Based on the description of the facts and declaration of the rights that have been violated; we request that the Inter-American Commission on Human Rights:

a.    Proceed with the analysis of our case and request the relevant observations from the state of Guatemala;
b.    Emit the pertinent report regarding admissibility of the case;
c.    Determine the responsibility of the state of Guatemala for violation of articles 23.1.a., 24, 8.1, and 25.1, related to articles 1.1 y 2 of the Convention through the elaboration of an in-depth report.

El Consejo de los pueblos Mayas y Xinka denuncian al estado de Guatemala ante la CIDH

El Consejo presenta su denuncia el 3 de septiembre de 2013. Foto: CPO

EL CONSEJO DE LOS PUEBLOS MAYAS Y XINKA, DENUNCIAN AL ESTADO DE GUATEMATEMA ANTE LA COMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS

Porque la Corte de Constitucionalidad, mediante sentencia emitida el 28 de febrero de 2013, resolvió sin lugar la acción de inconstitucionalidad planteada en contra de la Ley de Minería el 12 de marzo de 2012.

Dicha sentencia incurrió al Estado de Guatemala en responsabilidad internacional al dejar vigente la Ley de Minería; no obstante la obligación internacional del Estado de garantizar el ejercicio efectivo de nuestros derechos políticos de participación, consulta y consentimiento en materia legislativa.

Los derechos humanos colectivos e individuales que han sido violentados por el Estado de Guatemala son:

a. Derechos políticos ―derechos de participación, consulta y consentimiento―, reconocidos en el artículo 23.1.a de la Convención.

b. Derecho de igualdad ante la ley, reconocido en el artículo 24 de la Convención.

c. Derecho a las garantías judiciales y protección judicial ―derecho de acceso a la justicia―, reconocido en los artículos 8.1 y 25.1 de la Convención. En relación con los artículos 1.1 y 2 de la Convención.

Con base en la descripción de hechos y la enunciación de los derechos violentados, ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos solicitamos:

a. Que proceda al análisis de nuestro caso y que requiera al Estado de Guatemala las observaciones pertinentes.

b. Que emita el respectivo informe de admisibilidad.

c. Que determine la responsabilidad del Estado de Guatemala como violador de los artículos 23.1.a, 24, 8.1 y 25.1, en relación con los artículos 1.1 y 2 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, a través de la emisión de un informe de fondo.

Ciudad de Guatemala; 3 de Septiembre de 2013.

The Council of Maya and Xinca Peoples denounces the Guatemalan State in the IACHR

The Council presents their demand on September 3, 2013. Photo: CPO

THE COUNCIL OF MAYA AND XINCA PEOPLES DENOUNCES THE GUATEMALAN STATE IN THE INTER-AMERICAN COMMISSION ON HUMAN RIGHTS

On February 28, 2013, the Guatemalan Constitutional Court dismissed the Council’s challenge of unconstitutionality filed against the mining law on March 12, 2012. 

As a result of leaving the current Mining Law in force, the State of Guatemala violates its responsibilities under international law, under which it is obliged to guarantee the effective exercise of our rights to political participation, consultation and consent regarding such legislation.

The collective and individual human rights that have been violated by the State of Guatemala are:

a.    Political Rights – the rights to participation, consultation and consent as recognized in article 23.1 of the American Convention on Human Rights (The Convention).

b.    Right to equality under the law as recognized in article 24 of the Convention.

c.    Right to legal guarantees and judicial protection – right to access to justice – as per articles 8.1 and 25.1 of the Convention, in relation to articles 1.1 and 2 of the Convention.

Based on the description of the facts and declaration of the rights that have been violated; we request that the Inter-American Commission on Human Rights:

a.    Proceed with the analysis of our case and request the relevant observations from the state of Guatemala;

b.    Emit the pertinent report regarding admissibility of the case;

c.    Determine the responsibility of the state of Guatemala for violation of articles 23.1.a., 24, 8.1, and 25.1, related to articles 1.1 y 2 of the Convention through the elaboration of an in-depth report.

Guatemala City, September 3, 2013